jueves, 8 de noviembre de 2012

¿Qué fue el APRA?



La Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), tal como lo planteaba Víctor Raúl Haya de la Torre en “El Antiimperialismo y el APRA” de 1936, fue una organización de izquierda, cuyo programa político podemos definirlo como:

Revolucionario: El APRA tenía como objetivo llevar a cabo transformaciones estructurales para trascender del capitalismo, de desarrollo dispar en Latinoamérica, hacia una etapa superior definida como socialismo. Punto crucial de su programa era la nacionalización de los medios de producción para enfrentar las contradicciones entre el trabajo y el capital.

 “Terroristas” apresados tras la sangrienta derrota
de la insurrección aprista de 1948 (fuente)

Continental: Propugnaba la unión política de los países de América del Sur (o Indoamérica, término preferido por Haya y sus discípulos) como alternativa a una división artificial y chauvinista de los pueblos suramericanos. División que lo único que había logrado era el sometimiento de la veintena de las repúblicas suramericanos al coloso del norte. En concordancia con ello, la táctica promovida por el APRA era la fundación de partidos nacionales de inspiración aprista con perspectiva de poder en cada uno estos países.

Antiimperialista: Para los apristas, cualquier proyecto honesto que pretendiera un cambio revolucionario y de defensa de la soberanía continental implicaba necesariamente un choque con los intereses de los imperialismos (norteamericano principalmente) y sus agentes nacionales. El recuerdo de invasiones norteamericanas de Nicaragua, Haití, República Dominicana, Honduras y Panamá estaba presente en la mente de los primeros apristas, la gesta de resistencia nicaragüense liderada por Augusto César Sandino también.

Haya de la Torre, exiliado en México,
con la bandera indoamericana (fuente)

Autónomo: La principal crítica de Haya de la Torre al movimiento comunista latinoamericano era su pretensión de transplantar ideas y métodos ajenas a la realidad económica – social de este continente. A diferencia de lo que consideraban el seguidismo del movimiento revolucionario adscrito a la III Internacional, criterio no muy equivocado por cierto, para los apristas era fundamental el desarrollo de una teoría y práctica propia, más acorde con el desarrollo histórico visto en nuestros países. La revolución latinoamericana necesitaba pues de una corriente política genuinamente latinoamericana, más allá de foros revolucionarios extranjeros. Principal atención mostró Haya hacia la Revolución Mexicana y su “Estado Antiimperialista” como ejemplo y modelo para el movimiento revolucionario en el que los apristas debían de cumplir un rol preponderante.

Este era el primer APRA, el del Haya rebelde y combativo, luego vendría el viraje a posiciones mas “centradas”, principalmente su entendimiento con la oligarquía (la convivencia con Prado y Odría), y su “interamericanismo democrático sin imperio” para el apoyo a la política exterior norteamericana (llegando a plantear la formación de una brigada aprista que fuera a combatir al comunismo en la Guerra de Corea). Este viraje además explica la posición ideológica y política actual del nuevo jefe Alan García y su Partido Aprista Peruano. Pero claro estos bandazos (traiciones dirían algunos) ya es otra historia.

Haya con los antiguos e encarnizados enemigos del aprismo (izq. a der.):
Eudocio Ravines, Pedro Beltrán, Víctor Raúl Haya de la Torre y Manuel Odría (fuente)

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