Inicio: Las protestas contra el régimen de
Bashar al-Assad que irrumpieron entre Febrero y Marzo del 2011 en el marco de
la Primavera Árabe. Desde el inicio la respuesta del gobierno fue reprimir violentamente
estas manifestaciones, originando la respuesta armada de la oposición junto con
la deserción de algunos miembros del ejército, sería el inicio del llamado
Ejercito Libre de Siria (ELS). Para diciembre del 2011 ya se combatía
intensamente en varias partes del país y milicias del ELS controlaban el barrio
Baba Amr en la ciudad de Homs.
Régimen sirio: Desde el 2000 el presidente es
Bashar al-Assad, quién subió al poder tras el fallecimiento del anterior
presidente y padre de Bashar, Hafez al-Assad, ambos del gobernante Partido Baath
Sirio. El régimen autoritario ha basado su prestigio (y razón para las
restricciones políticas y de libertad de expresión) en su carácter secular y de
respeto a las minorías religiosas, así como por su papel como defensor de la
causa palestina. A pesar de lo anterior, existe una presencia importante de la
minoría alauita en el aparato estatal, tanto Bashar como Hafez son miembros de
esta rama del Islam chiíta.
Las diferencias entre la Siria de Assad y la Libia de
Gadafi, este último derrocado tras una guerra civil e intervención de la OTAN, son
importantes para el desarrollo del conflicto sirio: Bashar cuenta con un
ejército mejor equipado, destacando su sistema de defensa antiaéreo, las
deserciones del ejército sirio (aún) no han llegado a los niveles que fracturaron
al ejército gadafista, el gobierno cuenta todavía con un importante apoyo en la
población, principalmente minorías étnicas/religiosas y sectores liberales y nacionalistas,
la alianza de Siria con Rusia y China, países nada entusiasmados a un mayor
protagonismo de Occidente en el conflicto, Siria es un país que no cuenta con
grandes reservas petroleras y por su posición, hay un el temor entre los
actores alrededores del conflicto (tanto los pro como anti Assad) de las
consecuencias para la región del desmoronamiento del régimen del partido Baath.
Unidades del ejército
sirio realizando operaciones militares en Alepo (fuente)
Oposición siria: Con excepciones, compuesta
principalmente por sunnitas. La principal organización política hasta ahora era
el Consejo Nacional Sirio (CNS) con sede en Turquía. Por sus luchas internas y aislamiento
con respecto al movimiento armado dentro de Siria es que EEUU ha promovido la
formación de un grupo más amplio y efectivo, conocido ahora como Coalición
Nacional para las Fuerzas Opositoras y Revolucionarias Sirias, donde el CNS es
una fuerza más. Las esperanzas puestas en este nuevo organismo esta aún por
verse.
De manera práctica entonces, la principal oposición al
régimen de Assad es el llamado Ejercito Libre de Siria. Nombre engañoso cuando
se trata de referirse al conglomerado de milicias que combaten bajo el mismo rótulo
de ELS, pues aunque en teoría cuenta con un mando central, este tiene apenas
control sobre todas las unidades militares. Otro punto crítico que enfrentan es
su suministro de material militar, Arabia Saudita, Qatar y Turquía (mayores
patrocinadores del ELS) han privilegiado, en función a sus intereses políticos,
a determinadas unidades en detrimento de otras. Además, un mayor y más efectivo
flujo de armas se ve restringido ante el mayor protagonismo de grupos
jihadistas en la insurgencia y de su mensaje fundamentalista en el movimiento
político opositor.
Rebeldes del ELS en combate con el
ejército en Idlib (fuente)
Estancamiento: A pesar de las victorias obtenidas
en uno y otro bando a lo largo de la guerra, se ha llegado a un punto muerto en
el que ni el gobierno ni la oposición pueden derrotar al otro, mientras la
guerra se endurece, la espiral de sangre parece no tener fin y el riesgo que la
violencia se desborde al resto de la región continúa peligrosamente latente. Ya
han ocurrido incidentes violentos relacionados con el conflicto sirio en Turquía,
Líbano, Jordania e Israel.
Hay un deterioro en el gobierno en la medida que pierde credibilidad
entre la población que lo apoya al no poder garantizar la seguridad de las
zonas que controla y se suceden algunas deserciones de figuras importantes del
régimen. A pesar de que el ejército utiliza todos los medios que dispone para
suprimir la rebelión (exceptuando su arsenal químico y con el correspondiente
sufrimiento de la población civil) los combates estallan en el mismo centro de
la capital Damasco y los atentados han alcanzado a las cabezas de las fuerzas
de seguridad sirias. Mientras, por el otro lado, las unidades adscritas al ELS
se han venido desacreditando a los ojos de muchos sirios simpatizantes de la
revuelta inicial ante su ineficacia militar, la destrucción sin sentido y las ejecuciones
sumarias cometidas, y el programa fundamentalista religioso enarbolado por
muchos de los combatientes opositores.
Vista de la Ciudad Vieja de Alepo,
escenario de duros combates (fuente)
División sectaria: Lo que en un comienzo fue un
levantamiento ciudadano antidictatorial, con la dura respuesta del gobierno y
la radicalización islamista del movimiento opositor, ha degenerado en una
guerra civil de carácter principalmente sectario/religioso. El régimen de Assad
cuenta con un mayoritario apoyo en las minorías del país (alauitas, shiítas, cristianos
y drusos) mientras la oposición esta compuesta principalmente por sunnitas. El
carácter religioso de la contienda se acentúa en el bando opositor por el apoyo
que reciben de países regidos bajo una versión fundamentalista del Islam
sunnita (Arabia Saudita y Qatar), y de la llegada de jihadistas extranjeros, al
Qaeda incluso, a combatir contra el gobierno alauita “hereje” de Assad. Similar
tendencia también se esta desarrollando en la comunidades shiítas de Irak y el
Líbano, con el respectivo envío de contingentes de voluntarios para combatir
junto al ejército leal a Assad. En ambos casos, sunnitas y chiítas, dan una
lectura de la guerra civil como una Jihad o guerra santa.
Rebelde sirio se retrata con los
hábitos de un sacerdote cristiano (fuente)
Apoyo externo: Los aliados del gobierno sirio son
principalmente Irán, Rusia, el Hezbollah (movimiento político/armado
paraestatal libanés) y China (básicamente apoyo diplomático y político). La
oposición recibe apoyo de Turquía, las monarquías petroleras del Consejo de
Cooperación del Golfo (lideradas por Arabia Saudita y Qatar) y en menor medida
de EEUU y la Unión Europea (Francia principalmente). Si las guerra continúa se
debe, en parte, gracias a la intervención de estos países y por ende cualquier
intento de alcanzar una solución al conflicto debe involucrar a los mismos.
Kurdos sirios: Minoría que representa el 9% de Siria.
Son parte del pueblo kurdo, una nación de 49 millones de personas, que, carentes
de un estado soberano, están repartidos, además de Siria, principalmente en
Turquía, Irán e Irak. Usualmente una minoría reprimida y relegada por los
gobiernos de turno, la característica común entre las heterogéneas y rivales fuerzas
políticas kurdas es la búsqueda de una mayor autonomía de las zonas que
consideran suyas, partes de una mayor (y hasta ahora sólo un ideal) Kurdistán.
En el caso de Siria, el kurdo Partido de la Unión
Democrática (PYD, rama siria del turco Partido de los Trabajadores de Kurdistán
– PKK) ha llegado a una tregua con el gobierno de Assad: el ejército sirio se
ha retirado de las zonas kurdas del noreste del país y la autoridad ha recaído
sobre el PYD y sus milicias quienes impiden el accionar del ELS. Así podemos
hablar de un tercer bando en la guerra civil, en tanto que el PYD no es
partidario del gobierno, sólo aprovechan las circunstancias para obtener
beneficios, pero tampoco confían del ELS, al considerarlo un peón de Turquía
(país en guerra con el PKK y belicoso hacia su minoría kurda).
Puesto de control a las afueras de
Kobani controlado por las milicias del PYD (fuente)
Proxy War: Este término es utilizado para referir
a un conflicto armado en el que dos estados combaten indirectamente a través de
unos actores terceros. Ahora en el Medio Oriente esta en curso una – podríamos
decir – guerra fría regional entre Irán (principal fuerza chiíta y opositora
por décadas a la hegemonía norteamericana en la zona) y EEUU (primera potencia
mundial y patrocinador de las otras dos fuerzas regionales de importancia: la Arabia
Saudita sunnita y el Israel sionista).
Así, la guerra civil siria es una “proxy war”, donde tanto
Irán cómo EEUU (a través de Arabia Saudita) apoyan a sus respectivos aliados en
la guerra aunque sin involucrarse directamente y a gran escala. Pero Siria no
ha sido ni el primer ni el único escenario de esta guerra encubierta en curso, ambos
contendientes apoyan, con diferentes tipos de medios y niveles de involucramiento,
a sus aliados en el Líbano, Palestina/Israel, Irak, Bahrein, Yemen y Afganistán.
Aunque es
difícil predecir el escenario final de la guerra en Siria, es poco probable que se
produzca una intervención de la OTAN como en Libia y, por otro lado, es
claro que el tiempo no juega a favor del Bashar al-Assad y su control del país.
Pero la caída de Assad no significa necesariamente ni la caída del régimen
Baath ni el fin de su poder sobre la minoría alauita del país. Otro asunto a
considerar es que ocurrirá con las diferentes facciones armadas, tanto del ELS
como las independientes, cuando no este el único objetivo en común que tiene la
oposición: derrocar a Assad.